miércoles, 8 de julio de 2009

La reforma radical

Sabemos muy bien de la reforma protestante. Pero, ¿Sabes tú de la reforma radical?
Había tantos desvíos del cristianismo primitivo en la edad media que el cristianismo de aquel entonces no parecía en nada--o bien muy alejado-- al de los cristianos primitivos. Con denuedo Martín Lutero y Juan Calvino comenzaron a "reformar" la iglesia.
Pero...
Terminaron antes que estuviera terminado la tarea.
Sin embargo de la flaqueza de esos denominados "reformadores", una minoría se profundizó más al fondo, buscando la raíz de la fe una vez dado a los santos. Por eso, se denominó la reforma radical.

¿En qué fue una "reforma radical"?


Fue radical a razón de querer a volver a la doctrina, práctica, justicia, santidad y ética de la iglesia original. No sólo corregir algunos puntos...sino un cambio a raíz, una reforma radical.
Bueno, esos hermanos fueron tildados de "anabaptistas".

¿Qué pasó con aquella "reforma radical"?


Va moribundo...
El materialismo es el culpable más notorio de esa declensión. Pese a que hay descendientes de aquella reforma radical (los menonitas, los amish, los huteritas...)

¿Podemos realizar una reforma radical de nuevo?


¡¡Claro que sí!!
Sólo tenemos que rendirnos a Jesucristo, y tomar la cruz. La reforma radical comenzará a realizarse en el corazón.
De ahí, brotará en reformas de conducta personal, y si no nos cansamos en el andar, la reforma seguirá hasta el final.

¿Deseas tú una reforma radical?


¡Sólo has de morir en la cruz!

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